Ludovica viajó sola a China con una valija y un montón de preguntas sobre la astrología oriental cuando no había Internet y mucho menos se exhibía en las redes sociales la pasión por viajar a lugares exóticos. Ya había logrado introducir esta filosofía en el país con muchísimo éxito a través de sus libros de horóscopo y los medios de comunicación. Pero quería saber más, encontrarse con maestros, entender a los chinos.