Poemas que se hacen canción para mejor quedar en el oído y anidar para siempre en la memoria de todos. Canciones que son vidalas, zambas, chamamés, pero también endechas españolas, valses centroeuropeos o danzas del barroco; ritmos asimilados por un oído finísimo y devueltos al mundo en letras tan personales como significativas. Poemas de riguroso lirismo en sus primeros libros, y luego “hechos a mano”, “pura conversación a mi manera”, como los describió la misma María Elena, subjetivos o colectivos, íntimos, humorísticos, críticos.
Poemas y canciones, canciones y poemas.
Siempre versos de poeta: delicados, agudos, profundos y humanísimos.